El octavo título de una colección que fundó
las bases del RPG en consola ve por fin la luz en territorio PAL. El
eterno ausente se convierte en el bombazo de esta primavera. Y tras
inacabables ratos de diversión, luchas y largos paseos por su mundo
hemos comprobado que la fama con la que viene precedido El Periplo del
rey Maldito está más que justificada.
El octavo capítulo de la serie pierde en nuestro territorio el número y el título original –el cielo, el mar, la tierra y la princesa embrujada- pero mantiene intactas todas las virtudes del original más algunos añadidos, como unas estupendas voces (en inglés) y un modo optimizado de 50 hertzios. De este modo, pese a no contar con selector, se obtiene una velocidad de refresco que simula los 60 hrz, eliminando las siempre molestas bandas negras. Además, nuestra versión contará –como ya hiciese la americana- con nuevos hechizos y ataques para el grupo protagonista, una banda sonora reorquestada y un renovado sistema de menúes.
Tradicionalmente, un Dragon Quest nos ponía en la piel de un caballero que debía rescatar a su princesa de un dragón. Por otra parte, la serie se ha caracterizado siempre por la simplicidad de un guión que tomaba forma en un mundo lleno de colorido. Esta base permanece fuertemente arraigada incluso a día de hoy, si bien en esta ocasión nuestra misión es bastante diferente a la que da nombre a la saga . . .
El octavo capítulo de la serie pierde en nuestro territorio el número y el título original –el cielo, el mar, la tierra y la princesa embrujada- pero mantiene intactas todas las virtudes del original más algunos añadidos, como unas estupendas voces (en inglés) y un modo optimizado de 50 hertzios. De este modo, pese a no contar con selector, se obtiene una velocidad de refresco que simula los 60 hrz, eliminando las siempre molestas bandas negras. Además, nuestra versión contará –como ya hiciese la americana- con nuevos hechizos y ataques para el grupo protagonista, una banda sonora reorquestada y un renovado sistema de menúes.
Tradicionalmente, un Dragon Quest nos ponía en la piel de un caballero que debía rescatar a su princesa de un dragón. Por otra parte, la serie se ha caracterizado siempre por la simplicidad de un guión que tomaba forma en un mundo lleno de colorido. Esta base permanece fuertemente arraigada incluso a día de hoy, si bien en esta ocasión nuestra misión es bastante diferente a la que da nombre a la saga . . .